Una serie de objetos de temporalidad y utilidad indefinida conforman la exhibición individual de Fabián Bercic en Fundación Andreani.
Antes de habitar la Fundación Andreani, cada objeto y elemento que conforma la exhibición Océano de néctar de Fabián Bercic, pasó por un largo proceso de elaboración; de la idea al papel (varios dibujos en lápiz o birome azul con estudio minucioso de los detalles que se leen en apuntes manifestando materialidades posibles, espesor de las formas y cálculos de estudios estructurales) las formas finales se digitalizan en renders. Luego, cada parte de la figura se materializa en diversos talleres que viajan de un espacio a otro de la ciudad para ensamblarse en una última posición formal de la escultura.
Los objetos son de escala doméstica y uso incierto, de madera enchapada en caoba, con partes metálicas cromadas. Hay volúmenes geométricos negativos, que parten del ras hacia adentro, en algunos casos tienen hasta 60 cm de profundidad.
Bercic es un gran cultor de los oficios, (herrería, carpintería, entre otros) muchos de ellos aprendidos en su infancia por su historia familiar, y a la vez tiene un particular conocimiento de los procesos industriales y el trabajo en línea de fábrica acompañado de brazos robóticos, (durante muchos años formó parte de la empresa Ford). En la obra de Bercic hay una oda a lo artesanal, pero también a los procesos digitales: utilizando diversos programas sus bocetos se vuelven tangibles y reales. Con esta formación y su peculiar experiencia es que genera una mezcla única e inigualable en sus instalaciones, de escala doméstica y uso incierto, los objetos enchapados en caoba ensamblan con partes metálicas cromadas, como una oda a lo artesanal pero también a los procesos digitales y sus posibilidades. El resultado del conjunto simula cierto anacronismo desconcertante, se trata de objetos tangibles que manifiestan cierta atemporalidad.
“Llevo mis apuntes en cuadernos Rivadavia tapa dura, copio imágenes que me interesan, anoto frases y textos (casi nunca cito la fuente), hago mis bocetos. Dibujo una y otra vez formas que se convierten en objetos, sus detalles, anoto posibles combinaciones de materiales y colores. De estos dibujos parten mis piezas, pero todavía falta un largo camino. Me involucro en cada parte del proceso y realizo la mayor parte de ellos, soy un profundo cultor de los oficios”, señala Bercic.
Las paredes y las tarimas en las que se apoyan estas piezas, revestidas en azulejos 15x15 color rosa pálido y marfil, con juntas, nos remite a un tipo de construcción retro: apela a la nostalgia, pero también, su disposición geométrica de grilla lineal producida por el efecto de las juntas, podría interpretarse, como los campos virtuales de los programas de generación de objetos 3d como el Rhino, que utiliza el artista para traducir sus bocetos a imágenes tridimensionales y con ellas hacer los planos de las piezas.