Los ojos desiertos forma parte de Arrancar los ojos, un proyecto de investigación que la artista Gabriela Golder (Buenos Aires, Argentina, 1971) viene desarrollando a partir de ciertas preguntas sobre las lesiones oculares que marcan la vida de cientos de manifestantes alrededor del mundo. Se trata de una constelación de obras en torno a la mirada y su dimensión política que tuvieron un primer episodio expositivo en la Bienal de Sharjah, en Emiratos Árabes y en Bogotá, Colombia, en el espacio Fragmentos -creado por Doris Salcedo perteneciente al Museo Nacional- siendo la exposición en la Fundación Andreani un punto clave en el desarrollo de este cuerpo de obra de proyección internacional.
La obra principal de esta exposición, una videoinstalación de tres canales, reúne imágenes de archivo que la artista recopiló utilizando registros televisivos y de manifestantes de diversos episodios alrededor del mundo donde los enfrentamientos violentos de grupos de manifestantes con las fuerzas policiales han dejado el saldo de cientos de personas con lesiones oculares provocadas por disparos. En muchos casos, los manifestantes perdieron completamente la visión. El acercamiento de Golder a estas imágenes resulta de una sensibilidad desde lo humano hacia los hechos, que se plasma en la obra confluyendo junto a una poética personal que retoma imágenes de paisajes desérticos donde los cráteres se presentan como un posible lugar de descanso para esos ojos violentados, extirpados, ausentados. La obra incluye también imágenes de una coreografía que Golder realizó junto al cuerpo de baile de la Unsam, un ensayo hipotético de los movimientos de los cuerpos en los instantes previos a la oscuridad provocada por la ausencia de visión, una de las preguntas que impulsa a Golder en esta investigación.
En Desde el campo de batalla, cuatro locutores narran incansablemente desde el campo de batalla los hechos relacionados con la violencia policial y la represión a los manifestantes en cuatro países: Francia, Colombia, Chile y Hong Kong.
La palabra también se hace lugar en la exposición a través de una instalación de 12 esculturas de microcemento que nombran, una y otra vez, aquello que duele.
La exposición podrá visitarse hasta el 16 de octubre de 2023.