CINCO MOVIMIENTOS PARA EL VACÍO despliega un cuerpo de obra a través del cual el artista Amadeo Azar se propone repensar el lugar que ocupó el paisaje pampeano en la conformación de nuestra idiosincrasia, su implicancia durante la conquista y como pasó de ocupar el deseo en el imaginario de los colonos a convertirse en un espacio hostil e interminable siendo nombrado en ese momento como “el desierto”.
Los sonidos invaden la sala habitada por un conjunto de cerámicas suspendidas de delgadas estructuras de hierro y una serie de acuarelas abstractas. Estas últimas funcionan a modo de partitura de la música que se escucha en el espacio: cinco piezas sonoras que el artista compuso especialmente para la exhibición, y que en la sala se intuyen provenientes de las cerámicas colgantes. Las obras se presentan al espectador como un circuito que se retroalimenta (música, partitura, instrumento).
La historia personal de Azar, su interés por la historia socio política Argentina, la arquitectura local, el surgimiento de las vanguardias artísticas en América latina y la exploración de materiales como la acuarela y la experimentación sonora conforman el universo de sentido en que el espectador se verá inmerso al recorrer la exhibición. Esta perspectiva histórica es, en Azar, un proceso continuo donde la verdadera búsqueda es la de una poética personal y sus posibilidades.